viernes, 4 de diciembre de 2009

El 95 por ciento de los españoles no quiere mandar más tropas a Afganistán

La opinión pública está abrumadoramente en contra de potenciar la misión en Afganistán.
EFE
Agencias/Madrid-Bruselas
El optimismo oficial de la OTAN, que ayer anunció que ya hay 20 países dispuestos a reforzar sus contingentes de tropas en Afganistán en respuesta a la petición del presidente de EEUU, Barack Obama, dista mucho de reflejar la verdadera realidad que se vive en Europa, donde apenas nadie comparte, ni comprende siquiera, la espiral militarista en la que se ha embarcado la superpotencia. Especialmente llamativo resulta el propio caso español, puesto que, al menos según refleja un estudio del Real Instituto Elcano, tan solo el 5 por ciento de los ciudadanos apoya aumentar el contingente militar patrio en el país islámico y hasta el 41 por ciento apuesta por retirar de manera inmediata todas las tropas. Sin ser tan abrumador, el rechazo se repite con notable intensidad en todo el mundo occidental. Baste como ejemplo el caso de Alemania, con un 69 por ciento de teutones partidarios de que sus uniformados salgan del avispero asiático. Por supuesto, tan clamorosas evidencias importarán poco a la hora de la verdad, y, al margen de lo que opine la calle, las poco sutiles presiones de EEUU lograrán sus escasamente explicados propósitos para enviar otros 5.000 soldados a la zona. De hecho, la única preocupación del ministro de Exteriores Miguel Ángel Moratinos, que ni siquiera mencionó la encuesta de Elcano, es que el nuevo esfuerzo militar no se convierta en otro frente de desgaste para el Ejecutivo. De ahí que, sin mostrar en ningún momento su reticencia a obedecer al jefe Obama, el socialista sí advirtió de que el anuncio de la nueva contribución patria no se realizará en tanto «no haya pasado por el Parlamento, por el debate, el consenso y la aprobación de la mayor parte de los grupos políticos». Pocas dudas caben pues de que, en última instancia, por más que la oposición verbal sea considerable, llegado el momento, España cumplirá con las sugerencias de la OTAN. Lo cierto es que, sin que nada cuente que el 95 por ciento de la ciudadanía esté en contra, el resultado favorable en la Cámara Baja promete ser abrumador, puesto que a los votos socialistas bien podrían sumarse los del PP, que no rechaza la misión y cuyos únicos reparos consisten en saber cuáles son sus verdaderas condiciones. Así lo explicaba ayer el responsable de Política Internacional popular, Jorge Moragas, antes de reclamar que se produzca cuanto antes un debate en las Cortes con el fin de que el presidente Zapatero ofrezca explicaciones sobre la naturaleza del despliegue -el partido de Rajoy sostiene desde siempre que se trata de una guerra y censura el «buenismo» del Gobierno con su insistencia de que se trata de labores humanitarias-, su coste y duración, y la seguridad de los soldados que serán enviados a Afganistán. La respuesta del PSOE, que sigue prefiriendo arreglar este tipo de asuntos delicados entre bastidores fue que, a día de hoy, «no hay nada nuevo» y que el debate se producirá «muy pronto».

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